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07 marzo 2016
LA RAZA DOMECQÑADA, A. Mechó
Esto de los toros, triste e irremediablemente, cada vez es más matemático. Y digo que tristemente porque lo matemático, sin ambages, es consecuentemente previsible; lo previsible cae en lo monótono; y la monotonía en el aburrimiento. Por cierto, para los que predican que es justo lo contrario, que los apologetas de lo exacto somos los empeñados en la pulcritud y lo bien hecho, obvian que cuando lo hacemos es para referimos a la matematicidad que da la técnica, base iniciática para enfrentarse a un toro ya que, por ende, éste siempre es incierto e imprevisible. Esa es la gran contradicción que da al toreo parte de lo que es: la certeza ante lo aleatorio, la seguridad ante lo peligroso. Es más, esto es justo lo que todos los tratadistas -incluidos toreros- pensaron que era la tauromaquia hasta hace justo unas décadas. ¿O alguien quiere ahora contradecir en esto hasta al propio Pepe Illo? Su muerte en las astas... (ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ)
LA OBRA DE ARTE INACABADA, A. Mechó
El mundo del arte es tan complejo, que en ocasiones la carencia se ha convertido con el tiempo en riqueza. Es algo inusual, pero sucede. Les ocurre por ejemplo a los “Esclavos” del gran artista renacentista Miguel Ángel, unas figuras inacabadas en mármol para la tumba de Julio II y que Buonarrotti dejó abocetadas sobre la piedra para que, unos siglos después, las nuevas corrientes estéticas vieran en ellas causalidad propia. Ocurre lo mismo con los non finitos del medallista valenciano Enrique Giner, cuya exposición clausuramos la semana pasada, y donde las vicisitudes de la Guerra Civil dictaron que aquellas figuras proyectadas para una fuente, quedaran como imágenes formidables –aún pequeñas de formato- surgiendo de la dura piedra... (ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ)
BUSCANDO EL COMPONENTE ÉTICO, A. Mechó
Por cuestiones de mi quehacer diario tengo la oportunidad de estar rodeado de gente docta en diversas materias de las letras y las ciencias. Oportunidad que nunca hay que dejar escapar para hablar de diversos temas; entre ellos los toros. Es por esto que siempre me ha interesado tratar sobre tauromaquia con aquellos que profesan disciplinas como la Filosofía; pero la filosofía de doctorado y cátedra, no la barata de la que cree saber todo el mundo. Y claro, te pones a escudriñar, y resulta que la mayoría acaban desembocando sus discursos sobre el componente ético de lo taurino. No es casual, por cierto, que a su vez a la mayoría le parezca estulto plantearse paradigmas animalistas como... (ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ)
05 marzo 2016
VICENTE 'SALVADOR' SOLER, A. Mechó
La
tarde era anodina; insulsa; desabrida. Aburrida. Y llegó alguien para salvarla.
No se esperaba menos del toricantano que, en su primero -un torito sin fuelle- no
había pasado de aseado. Eso sí, todo hay que decirlo, no la salvó por la vía
del toreo puro; pero ya conocemos a Vicente Soler, él tiene su personalidad, y
es de la que ofrece interés, no esa que tanto se preconiza ahora y que muchas
veces no es más que una etiqueta para taparles a algunos con el esteticismo, la
falta de toreo profundo. La personalidad del burrianense es fuerte y agarrada
al piso -al menos la del piso con albero-; a veces de alharacas, sí; pero a
veces también la del toreo de poder a poder –con más o menos gusto- llevado a
la extenuación. De hecho Soler nos ha recordado hoy en el sexto a éste último, al
que hemos visto... (ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ)
29 febrero 2016
DE LO MEDIÁTICO, A LO REAL, A. Mechó
No ha
habido nunca un despliegue propagandístico en Castellón tan importante para un
novillero, como el que se le ha hecho a Varea para esta Magdalena. Desde que
José Tomás empezó a empapelar ciudades en los años de su reaparición, el
cartelismo taurino ha dejado de ser cosa exclusiva del anuncio de feria. Hoy se
apuntan todos. Lo que no es tan normal que se haga tanto –y tan bien, como
veremos- con un novillero. Carteles al uso, paneles de carretera –de los que
antes cubrían afamadas cajas de ahorro-, cuñas en radio, faldones de revista,
megafonía por los pueblos… (ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ)
10 abril 2015
LOS TOROS EN VALENCIA, AL AMPARO DE LA LEY DE PATRIMONIO... 13 AÑOS DESPUÉS (A. Mechó)
Hoy, 10 de abril de 2015, los festejos taurinos tradicionales de la Comunidad Valenciana ya son Bien de Interés Cultural Inmaterial. Por ley. De hecho, la norma que fue publicada en el Diario Oficial ayer, los reconoce junto a otras tradiciones como "señas de identidad del pueblo valenciano".
Gran noticia. Ahora habrá que ver que significa todo esto. Eso sí, llega un poco tarde. Por mucho que quieran aderezarlo esto debería haber sido noticia mucho antes. Supongo que no querrán ahora desde la Generalitat que les recordemos los años de hierro, como los del Sr. Ibáñez.
Lo que no pueden evitar es que, al socaire de la medalla que muchos querrán colocarse desde la Administración, autoproclamándose salvadores de los toros, recordemos aquí ahora un artículo que publicó el que suscribe allá por 2002. Ahí están las hemerotecas. Una prueba más, de que han hecho lo que han querido, como han querido y, sobre todo, cuando han querido. Se titulaba:
LOS TOROS AL AMPARO DE LA LEY DE PATRIMONIO (Revista Bous al Carrer, febrero 2002)
Gran noticia. Ahora habrá que ver que significa todo esto. Eso sí, llega un poco tarde. Por mucho que quieran aderezarlo esto debería haber sido noticia mucho antes. Supongo que no querrán ahora desde la Generalitat que les recordemos los años de hierro, como los del Sr. Ibáñez.
Lo que no pueden evitar es que, al socaire de la medalla que muchos querrán colocarse desde la Administración, autoproclamándose salvadores de los toros, recordemos aquí ahora un artículo que publicó el que suscribe allá por 2002. Ahí están las hemerotecas. Una prueba más, de que han hecho lo que han querido, como han querido y, sobre todo, cuando han querido. Se titulaba:
LOS TOROS AL AMPARO DE LA LEY DE PATRIMONIO (Revista Bous al Carrer, febrero 2002)
Todas las discusiones que se están planteando actualmente en torno a la próxima aprobación de un revisado y único Reglamento de Festejos Populares Taurinos en la Comunidad Valenciana, tuvieron su pulso y reflejo en la tertulia que tuvo lugar en Quartell el 22 de diciembre pasado, donde Alberto de Jesús, Jorge Casals y espontáneos aficionados, fueron los portavoces del pueblo frente a los altos cargos competentes directa o indirectamente en materia taurina (Interior, Administración Territorial, Diputación y Ayuntamientos). Recordaremos ahora este momento porque sin duda fue el propicio para que el escalafón gubernativo se expusiera frente al propio aficionado, y que éste, pudiera conocer, de primera mano, el estado de la cuestión y el futuro del -me atrevo ya a decir- casi indeleble nuevo reglamento. No cabe duda, que cualquiera de los ponentes, supieron dejar claras sus posturas haciendo alarde de esa retórica aplastante -como si de un filósofo clásico griego se tratara- que son capaces de desarrollar en actos oficiosos como el que allí presenciamos; pero, por otro lado, no es menos cierto también, que en este tipo de situaciones siempre podemos extraer moderadas conclusiones entresacadas de gestos, palabras y gazapos de cada uno de los que por allí discurren.
Posiblemente, de todos los invitados que intervinieron, vale la pena resaltar las palabras del profesor Miguel Ángel Guillén, coautor del libro Las fiestas populares y el Derecho. Este segorbino, asentó dos puntos y una meta a los que debe aspirar el festejo popular taurino: conseguir la auténtica seguridad de todo el que acude al festejo, conseguir la total protección e integridad de las reses, y a partir de aquí, base de cualquier avance, poder buscar apoyo administrativo de cualquier índole, sean ayudas, subvenciones, fomento o similares. La verdad, es que esta meta, el punto al que yo quería llegar aquí, es lo que anhela todo aficionado al festejo taurino popular: reconocimiento institucional y apoyo gubernativo. Se han abierto últimamente muchos frentes en busca de ese apoyo, de ese beneplácito, de ese fomento; la etiqueta de Interés Turístico está siendo la más ambicionada por muchos, la que todos esperan colgarse, el espaldarazo a su festejo. Lo que yo planteo a continuación es si esta es la mejor vía, o mejor aún, si hay ya otra abierta que no hemos sabido aprovechar.
El artículo quince de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano es el que estipula el contenido del Inventario Patrimonial, el patrimonio que debe ser incluido en él, al cual, se accede tras una serie de trámites iniciados bien por oficio o a instancia de cualquier persona, y que da derecho, una vez reconocido, a toda una serie de medidas de protección, fomento y difusión. En concreto, en el apartado donde se incluyen los bienes inmateriales del patrimonio etnológico, se especifica que estos constituyen todos «los conocimientos, técnicas, usos y actividades de la cultura tradicional», procediéndose, consecuentemente tras su inclusión, a ordenar en artículos posteriores «el estudio y la documentación con criterios científicos de la actividad o conocimiento de que se trate, incorporando los testimonios disponibles de los mismos a soportes materiales que garanticen su pervivencia». No solo eso, sino que además, entre otras cosas, debe difundirse ese conocimiento y actividad, lo que obliga a que se incluya en planes de estudios escolares. ¿Quién no querría que el fenómeno popular taurino, como bien inmaterial que es, estuviera reconocido en este Inventario?.
Muchos creerán, que lo complicado sería buscar la argumentación necesaria para que el festejo pudiera entrar en jurisdicción patrimonial, pues bien, recordemos primero que dicha ley no puede ir en perjuicio de la de Patrimonio Estatal, pero tampoco en perjuicio de ninguna otra ley. Por lo tanto, si la Ley Taurina de 1991, tanto en la "Exposición de motivos" como el artículo 4.1, afirma que este festejo es «tradición y vigencia cultural», el silogismo está más que claro según lo que hemos apuntado arriba extraído del artículo de bienes inmateriales etnológicos. El festejo popular taurino, por la definición que la Ley Taurina vigente le otorga y según lo dispuesto en la de Patrimonio territorial, tendría que estar ya, de oficio, directamente incluido dentro del apartado quinto (Bienes Inmateriales) del Inventario General de Patrimonio Cultural Valenciano, favoreciéndose, de todas las medidas a las que tiene derecho por ello.
16 marzo 2015
TRIUNFÓ EL MONOSABIO (A. Mechó)
Quinto y último festejo de abono de la Feria de la
Magdalena. La terna queda en un mano a mano por convalecencia de “Paquirri”.
Media plaza. Seis toros de “El Pilar” más otro que hizo de sobrero en tercer
lugar del mismo hierro. Miguel Ángel Perera (saludos desde el tercio, silencio
y silencio) y Alejandro Talavante (oreja, silencio y saludos desde el tercio).
Bien el presidente, Vicente Oliver, en la concesión de trofeos.
Crítica del festejo:
Galería de imágenes:
15 marzo 2015
SERLO Y PARECERLO (A. Mechó)
Cuarto festejo de la Feria de la Magdalena. Corrida goyesca
en el 25 aniversario de la alternativa de Enrique Ponce, homenajeado tras
romperse el paseíllo. Las tablas, burladeros y albero, fueron decorados
artísticamente por el castellonense Ripollés. Tres cuartos de plaza. Enrique
Ponce (dos orejas y silencio), “El Fandi” (oreja y oreja) y Sebastian Castella
(Saludos desde el tercio en ambos).
Crítica del festejo aquí:
Galería de imágenes:
14 marzo 2015
¡QUÉ HE HECHO YO PARA NO MERECER ESO! (A. Mechó)
Tercera de abono de la Feria de la Magdalena. Sin llegar siquiera al 'casi lleno'. Seis toros de Núñez del Cuvillo para J.J. Padilla (oreja y oreja), "Morante de la Puebla" (ovación y ovación que saluda) y J.M. Manzanares (silencio y dos orejas).
Crítica del festejo aquí:
Galería de imágenes:
Crítica del festejo aquí:
Galería de imágenes:
09 marzo 2015
VAREA Y EL SILENCIO (A. Mechó)
Primera de la Feria de la Magdalena 2015. Más de media
plaza. Seis novillos de FUENTE YMBRO de escasa presencia, juego, fuerza y casta.
Ricardo Gallardo sigue sin hacer remontar la ganadería a lo que fue hace ocho o
nueve años. Prácticamente no se picaron en el caballo; alguno como el segundo
recibió cinco puyacitos sin meter las cuerdas en ninguno y, aún así, no se
aguantaba en la dignidad que da la casta. Solo el sexto peleó de verdad y
aguantó el envite. El mayoral, por obra y gracia de los novilleros, salió a
hombros al final del festejo acompañándolos. Muy mal José Antonio Gracia en la
concesión de trofeos, triunfalista.
Ocurrió hace un año. Ayer se volvió a repetir. Cogió la muleta Jonathan Varea y el silencio pleno hacía su presencia en Castellón. Que en una plaza de toros, sobre todo en la festivalera de Castellón, pueda notarse la presencia de algo tan intangible, es solo obra de lo imposible. Y ayer se volvió a hacer presente. Anótese que hasta la pasada Magdalena, esto no ocurría en la Plana desde la vuelta de José Tomás. Castellón es coso de pipas, chicles y caramelos; el silencio está vetado. Hasta que ha vuelto Varea. Lo decía hace unas fechas Adolfo Martín: «tiene algo». De momento tiene embobado a toda Castellón. Y se lo ha ganado. Ahora bien: ¿qué es eso que tiene?; pues de momento tiene que parece que lleva una vida en esto. O al menos en casi todo lo que hace da esa impresión. Tiene plaza. Tiene temple. Tiene sitio. Le falta espada.
Aún se le ve esa parte novilleril que debe pulir; pero tiene
también cierta grandeza de torero que provoca el silencio.
Sin duda el almassorí estuvo ayer mucho mejor en su segundo,
casualmente el que más tenía que torear. Ese sexto fue el único que recordó las
buenas novilladas de la divisa verde que sacaba Gallardo aquí en la Plana. No
ha vuelto a ganarse el sitio. Pero le sirvió a Varea para mostrar todo el poder
que lleva dentro, aunque ya no quiera torear hierros que le exijan precisamente
que saque eso. Hasta tres quites le hizo Jonathan al utrero. Tuvo cierta variación
con el capote y, aunque él es más de chicuelinas, supo templar en los vuelos
del percal y hacer olvidar que el toreo es más de llevar que de tirar. Luego,
ese toque majestuoso que le da a todo, fuste al detalle y sobriedad al adorno,
hicieron el resto.
Parecerá extraño, e incluso a alguno puede que insultante,
si digo aquí y ahora que, quitando la solidez de Varea, algunos de los mejores
muletazos sueltos de la tarde los dio Soler. Sueltos, muy sueltos; pero así lo
creo. Soler solo tiene un problema; un problema importante bien es cierto: lo
alabable en su repertorio de hace dos años no lo ha explotado, y las carencias,
dos años después, siguen siendo las mismas. El de Borriana no tiene la aparente
madurez que muestran otros, pero a veces, un solo muletazo ayudado a pies
juntos, te deja con la boca abierta. Lo frustrante es que antes ha dado tres
medianos y luego cuatro malos. Muchas veces, por colocación, incluso mejor que
Varea. Es más -y ayer se vió de nuevo-, es capaz de llevar al novillo con el
toque de muñeca mucho más a atrás de lo que lo hace Jonathan. Llevarlo hacia
atrás, ojo, que no tirarlo para atrás. También le falta el efectismo en lo
estético, que hoy pinta mucho.
La decepción absoluta fue el madrileño Espada: mecánico, forzado
en la postura, acostado continuamente… espero que sea su peor tarde del año.
Sí, sí… salió por la puerta grande; ¿qué quieren que les diga?.
03 noviembre 2014
A PROPÓSITO DE UNA SEMANA CULTURAL TAURINA (II): QUE VIENE MUZA -Y ELECCIONES- (A. Mechó)
A los alumnos les da la risa cuando les explicas de dónde
viene aquello de: «o te portas bien, o vendrá a por ti el moro Muza». Les
parece curioso que de todo lo que supuso la caída de los visigodos hispánicos a
manos de los musulmanes comandados por Tarik y Muza, haya quedado prácticamente
solo eso. Ya se tronchan cuando –a sabiendas de cómo son los jóvenes de hoy a
vueltas con todo- alguien les quiera hacer creer que la frase podía llegar a
asustar a alguien.
Nuestros políticos en cambio siguen haciendo miedo con “el
moro Muza”. «Si nosotros no ganamos las elecciones, vendrá fulanito y te
quitará esto y lo de más allá». Ahora está de moda extender el mantra de que
hay partidos que llevan en su programa electoral eliminar las corridas de
toros, y el ejemplo de que eso puede pasar, está en Cataluña. Más demagogia no
cabe. Los políticos están tan perdidos en sus delirios de grandeza y
corruptelas, que ya no saben por dónde escaparse de cornada segura. Por eso hay
que resucitar al moro Muza; por cierto, eminente corrupto en la época,
condenado a muerte por apropiación indebida y prevaricación, posteriormente
indultado, y finalmente asesinado.
También salió esto en la tertulia de Nules: ¡que vienen los
antitaurinos con poder político!. Pues bien; pero esto no es Cataluña. Aquí, a
pesar de los esfuerzos de los eméritos taurinos, todavía no se ha arrasado con
toda la afición a los toros, cosa que sí ocurrió con nuestros vecinos norteños.
La Fiesta allí ya estaba muerta, la afición enterrada, y los empresarios del
mundillo a expensas de sus compensaciones monetarias vía Diari Oficial de la
Generalitat de Catalunya. Así prohíbe cualquier cosa hasta el más tonto de mi
pueblo. ¿Alguien se cree de verdad el mantra de que algún partido podría
prohibir los toros en Madrid?; ¿o els bous al carrer en Valencia?. Aún hay
gente que parece que no entendió aquello de que los toros es una fiesta «que
viene de prole en prole / y ni el Gobierno la abole / ni habrá nadie que la
abola»; y mira que la coplilla lleva ya un siglo rodando desde que la sentenció
Ricardo de la Vega: si viene de prole en prole, no hay quien la abola… ni quien
siquiera le tosa.
Pero las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y tiene
que notarse. Y como en España o funciona el miedo, o funciona el subsidio, pues
por qué no un poco de cada. El primero queda explicado arriba, y el segundo
viene ahora.
Tras la nefasta ordenación de los festejos taurinos
populares valencianos a través de sus diferentes reglamentos –tres distintos,
más un par de correcciones y modificaciones, en dieciséis años-, el actual
consejero del ramo ha anunciado nuevo texto –cuatro habrán, por tanto, en
dieciséis años-. Por lo menos parece ser –al menos de palabra- que por fin se
va a rectificar una de las dos medidas más nefastas que han contenido las
distintas normas desde 1998: no se pueden realizar festejos sin un informe de
tradicionalidad que avale su celebración. Siguiendo un ejemplo de la primera
parte de este artículo, esto sería equivalente a que si a alguien se le
ocurriera en un pueblo hacer un campeonato de fútbol, su admisión
administrativa dependiera sine qua non de que ya se hubiera hecho otro con
anterioridad, y que además pudiera ser demostrado; si no, prohibido jugar a
fútbol. Convendrán conmigo que quien exigiera semejante premisa, o se le
llamaría cazurro de campeonato o, lo que es mucho peor, malintencionado
abyecto.
La cuestión es que dicho anuncio de rectificación, en
cambio, ha ido acompañado de declaraciones previas muy bien dirigidas pero que,
de llevarse a la práctica, supondrían otro hachazo para el buen camino dels
bous al carrer. Según declaró el nuevo conceller, Sr. Santamaría, la
Generalitat estaría elaborando un convenio para abrir la primera línea de
crédito destinada a la Federación de Peñas de Bous al Carrer de la Comunidad
Valenciana, incluyéndola dentro de los presupuestos autonómicos para 2015. ¿De
verdad queremos vivir al abrigo de papá?; ¿de verdad queremos sacrificar la
poca independencia que nos queda?. Si no ha tenido la administración bastante
allanado el camino el último decenio asegurándose beneplácitos dentro del
sector, solo faltaba ahora eso. Pero claro, ¿qué es lo que quedará?; pues tal
mantra: que el partido de la administración no solo está por la Fiesta sino
que, además, lo demuestra. Con dinero todo se demuestra.
Pero, ¿es así?. Con cuatro charlas, dos buenas palabras y
unos subsidios, ¿de verdad podemos creer que es así en el fondo?. Solo basta un
caso para demostrar que no.
También en la tertulia de Nules salió a relucir la posible
reactivación de la petición de declaración dels bous al carrer como BIC (Bien
de Interés Cultural). El primer intento se inició a principios de 2010 a
instancias del propio gobierno valenciano, y fue el consejero del momento,
Serafín Castellanos, el que aseguró que la declaración sería una realidad a
finales del año siguiente. Casualmente, por si alguien no lo recuerda, justo a
mitad camino entre una cosa y otra, hubo elecciones municipales y autonómicas;
y por si alguien tampoco lo recuerda, aquello quedó en nada.
Habrá quién salga de inmediato a espetar que quedó en nada
por culpa de factores exógenos, no por falta de ganas y compromiso del gobierno
valenciano; pero tampoco cuela. Recordemos también que para que la declaración
fuera una realidad, y siguiendo la Ley de Patrimonio Valenciano, eran
preceptivos al menos dos informes positivos de las instituciones culturales más
representativas, que son las que deben avalar la declaración de cualquier bien
cultural como de especial interés. Quien conoce un mínimo este procedimiento en
la Comunidad Valenciana sabe que esto es el abc, sabe por dónde hay que pasar,
y sabe por dónde no se va a poder pasar. ¿Desconocía el gobierno antes de
iniciar los trámites lo que iba a salir del Consell Valencià de Cultura, la
Academia de San Carlos, la Universitat de València o la Universidad Católica?.
Fue todo una auténtica pantomima; utilizando una expresión muy taurina: fue un
evidente brindis al sol.
Podremos discutir sobre los estultos argumentos de las
instituciones que negaron la declaración a los bous al carrer, como aquella
irrisoria de la Academia de San Carlos que aseguraba que estos no tienen la
suficiente «entidad cultural»; hablaron los clasistas. O el «apoyo social en decadencia»,
que argumentó la desprestigiada UV. O también podríamos discutir por qué era de
cajón que la Católica diría el visto bueno. Pero lo indiscutiblemente
recriminable al gobierno valenciano fue el papel que jugó el CVC, el órgano que
prácticamente se convirtió en decisorio y donde, curiosamente, más peso tienen
los políticos y la influencia gubernamental. Y ahí, incontrovertidamente, se
sabía que también saldría un “no” o una abstención. En otras palabras: todos en
el Consell, desde el principio, sabían que el resultado del expediente de
declaración quedaría desierto. ¿Por qué entonces lo promovieron creando falsas
expectativas?.
Como decíamos al principio, mientras hubo un moro Muza que
daba miedo y venía a por los niños que se portaban mal, estos se mantenían
tranquilos y hacían lo que querían sus mayores. La pregunta que debemos
hacernos hoy es: ¿creemos aún en Muza?.
24 octubre 2014
A PROPÓSITO DE UNA SEMANA CULTURAL TAURINA (I): LAS ESCUELAS TAURINAS… DE RECORTADORES (A. Mechó)
El Club Taurino de Nules (Castellón) una vez más –aunque
cambiado sus habituales fechas primaverales por las otoñales- celebró una interesante
semana taurina con la programación de diversos eventos relacionados con la
cultura del toro. Debates, encuentros, exposiciones… maridaron unos días de
reflexión y homenaje -que también lo hubo- para el triunfador de la Magdalena
2014 y que, casualmente, hacía pocos días que había hecho de nuevo méritos al
indultar el primer novillo en 250 años de historia de la zaragozana plaza de la
Misericordia: Jonathan Varea. Una de estas jornadas se centró en la escuela
taurina de Castellón y su nueva sección de escuela de recortadores, una
iniciativa insólita en el panorama español y que si en algún sitio tenía que
hacerse hueco, éste debía ser la provincia donde se celebran más festejos
taurinos populares de toda España. Por otra parte, no por insólita, la iniciativa
es baladí; muy al contrario, tiene cierto sentido tanto por el contexto
ambiental que la promociona –ambiental en sentido antropológico- como por la
personalidad de quién la promueve.
Tras ambas escuelas está José Pons, diputado de turismo de interior,
pero también cabeza visible en Castellón sobre política taurina. Dice el de
Vilafamés que no quiere colgarse medallas, pero obviamente los triunfos en la
gestión de la escuela de la Plana el último trienio son mérito suyo. Nadie duda
que hoy, dentro de lo controvertidas que son las escuelas taurinas en muchos
aspectos (homogeneización del toreo, carencia de duende en los chavales,
normalización de los defectos del toreo moderno…) a la vez se han convertido en
imprescindibles por lo que a la práctica se refiere. La falta de capeas
tradicionales unas veces, y las normativas constrictoras otras, han hecho
imposible la práctica íntegra del toreo para los bisoños. Así pues, que en el
yermo panorama festivo castellonense, una personalidad política apueste por la
escuela y vaya trabajándose ayuntamiento a ayuntamiento para que promocionen
novilladas sin picadores para los alumnos, es toda una medalla. Que los más
aventajados de Castellón hayan podido gracias a ello torear esta temporada
alrededor de 40 o 45 erales por barba, es un medallón. Y por cierto, le quitaré
en algo la razón al amigo Pons, es mérito suyo, no de su partido; otros del
mismo color por igual puesto pasaron y ninguna huella allí dejaron.
Otra cuestión es la idoneidad o no de una escuela de
recortadores porque, obviamente, ésta no cumple las premisas que dieron origen
a la primogénita. Y encima puede copiar todos sus males.
Cuando un chaval se acerca a una escuela taurina ordinaria
no solo se acerca a una afición, lo hace también a una vía laboral para el
mañana. La escuela, como por definición, educa, pero también –y a veces sobre
todo- forma profesionalmente. Que los jóvenes encuentren un espacio para
conocer a fondo los festejos populares es indudablemente un buen camino; que
los conozcan y los traten, que los estudien y los entiendan, que los respeten y
los hagan respectar. Ahora bien, que los jóvenes encuentren un espacio –una
escuela- para aprender una práctica que no pueden practicar en unas ocasiones,
y que a su vez no les asegure un futuro en otras… eso ya es más cuestionable.
En primer lugar cae en la ilógica por culpa del entramado
administrativo que circunda els bous al carrer; un cinturón que aprieta y
ahoga, que perjudica y pocas veces beneficia. Una escuela así, resulta que forma
a recortadores que no pueden recortar, por cuanto hasta que no cumplen los 16
años no pueden ponerse ni delante de una inofensiva becerra. El reglamento lo
prohíbe. ¿Qué dirían esos mismos políticos reglamentistas si se prohibieran las
prácticas en las escuelas profesionales liberales?.
¡Ah!, y… ¡válganos si somos nosotros mismos los que
empecemos a preguntarnos si esto de la edad es importante!. ¿Quién cuestiona
que un aficionado al fútbol se forja dando patadas a un balón casi saliendo de
la misma cuna?.
Y en segundo lugar porque la profesionalización de los
festejos populares está aún lejos; lejos queda para poder vivir de ello. Por
cierto, espero que no llegando nunca. Si por algo se define el festejo popular
taurino precisamente es por la importancia de este aliciente; el festejo es del
pueblo, no del profesional. La fama toreadora de los pedroromeros, pepehillos y
paquiros llegó cuando estos se salieron del pueblo y se convirtieron en élite.
Así, al igual que el resto de las artes, se institucionalizó la tauromaquia;
unos son los protagonistas, otros meros espectadores.
Para finalizar, y enlazando con algo lanzado unas líneas más
arriba, última cuestión: ¿la consolidación de una escuela de recortadores
supondría, como en el resto de escuelas, la homogeneización, la desaparición
masiva del duende y la extensión de los defectos del recorte moderno?.
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