Como aficionado comprometido con la integridad de la fiesta
y desde esta tribuna de la UTAC, me he animado a escribir estas líneas sobre un
tema tan controvertido como es el afeitado de los toros y en los tiempos actuales
del “cortesanismo barato”, escribir lo que uno piensa sin tapujos es casi un
atrevimiento.
El afeitado, barbarie de los taurinos corruptos, es la
práctica que consiste en recortar los pitones de los toros para hacerlos menos
peligrosos reduciendo así, aunque sea mínimamente su riesgo a costa de perder
éstos el sentido del tacto del pitón.
La estrategia de los afeitadores y sus partidarios consiste
en hacer creer que el fraude es indemostrable. La administración no actúa
porque no hay denuncias y no hay denuncias porque el aficionado no esta
involucrado con la fiesta. Es por lo que desde la UTAC animamos a todos los
aficionados ha denunciar con denuedo, con voz alta y clara esta denigrante
práctica.
¿A quién beneficia el afeitado?. Exactamente no sabría responder
a esta cuestión. Beneficia a varios, por una parte al torero por su menor
riesgo teórico, además a más corridas más dinero. Por otra al ganadero, porque
le ayuda a vender su mercancía. También al empresario porque le reduce costes a
corto y largo plazo. Y por último al apoderado porque puede cobrar con más
seguridad sus comisiones. Desde luego a quién no beneficia en absoluto es al
público que paga, que es el primer perjudicado, pero… ¿no le interesa al
empresario cuidar a su cliente?... y ¿a los toreros a sus seguidores…?.
Si a nadie beneficia como dicen los inductores, ¿por qué se
hace?. Yo la verdad no lo sé y mientras tanto, la autoridad mantiene una actitud
pasiva ante el fraude. Ahora que la Administración, parece “aunque por interés
político” decidida a proteger la fiesta, es el momento para que se decida de
una vez por todas a erradicar el fraude del afeitado, porque la fiesta corre
peligro, sí ¡peligro de muerte...!
En palabras mismas de un ejecutor de esta operación, esto «está
prohibido, pero todo el mundo lo hace».
Entre el rumor y la evidencia, cada temporada se cierra con
una conclusión alarmante, muchos de los toros que saltan a los ruedos, no digo
ya son sospechosos, porque nos hemos acostumbrado a utilizar esta frase hecha,
si no que casi podemos afirmar que están afeitados. Aún admitiendo el margen de
error de nuestro diagnostico, desde luego un indicio claro es que todos los
toros salen prácticamente con los mismos pitones, cuando de siempre en la villa
del señor, ha habido toros astifinos y astigordos. Los que como muchos de
nosotros, llevamos desde pequeñitos viendo toros en los pueblos y plazas,
estamos al tanto de lo que es un pitón íntegro de una res y por eso aseveramos
nuestra afirmación, ¡se creen que somos gilipollas!, quieren hacernos creer lo
que no es. Yo que soy profano en la materia, me cuesta creer que no exista un
método de análisis eficaz y científico para demostrarlo.
Lo peor de todo es que contemplamos con absoluta frialdad
como esta práctica campa a sus anchas y la autoridad mira hacia otro lado. Las
premisas que el reglamento taurino vigente prevé para combatir el afeitado, es
obvio que son insuficientes. Las técnicas para descubrir el afeitado se basan
entre otras, en el examen externo del asta, que aunque proporciona estimables
datos útiles para el diagnóstico necesita de otras pruebas que lo corroboren,
entre ellas la biometría, que es el estudio de la relación de proporcionalidad
entre la longitud total del asta y la de su parte maciza. Según R. Barga las longitudes
medias de los cuernos de los toros van desde los 50 cm hasta los 24 cm y desde
los 8,8 cm a los 6,4 cm de pitón respectivamente.
Según estudios estadísticos veterinarios esa relación entre
la longitud media del cuerno y la del pitón, es aproximadamente de entre 1/5 y
1/7. El problema es que esta correlación puede variar según la
individualización de cada res, en función de muchos factores como alimentación,
climatología, edad, genética, encaste, sexo, patologías, hábitos, lesiones,
etc. igual que todos nosotros no calzamos un 44 de pie, al toro le pasa lo
mismo con los pitones. El reglamento no considerará fraude cuando la proporción
asta-macizo sea de hasta 1/7 y así muchos toros evidentemente afeitados dan
negativo. Y es por lo que cuestiono la validez de esa premisa, aunque los
veterinarios expliquen que este análisis, se tiene que complementar con otras
pruebas para catalogar a un toro como afeitado.
1) Toro íntegro con longitud media del cuerno de 45 cm. y 8,7
cm. de pitón, 45/7 = 6,42 cm. medida mínima legal que debe tener el pitón para
no considerarse fraude, como tiene 8,7 cm. se puede cortar impunemente una
parte.
Si acortan fraudulentamente el pitón 2 cm. la longitud total
del cuerno ahora quedaría en 43 cm. y el pitón en 6,7 cm. al dividir 43/7 =
6,14 cm. como el toro ahora tiene 6,7 cm. está dentro del límite legal. Aún
estando afeitado da negativo, por tanto se ha consumado el fraude.
2) Toro íntegro de Isaías y Tulio Vázquez
3) Toro íntegro cornicorto con longitud media del cuerno de 31
cm. y 7 cm. de pitón, 31/7 = 4,42 cm. medida mínima legal que debe tener el
pitón para no considerarse fraude, como tiene 7 cm. le sobra y se puede cortar
impunemente.
Si acortan fraudulentamente el pitón 3 cm. la longitud total
del cuerno quedaría ahora en 28 cm. y el pitón en 4 cm. al dividir 28/7 = 4 cm
como coincide. Esta dentro del límite legal. Aún estando afeitado da negativo,
por tanto se ha consumado de nuevo el fraude.
4) ¿Toro en puntas o afeitado?
Como vemos con la prueba de la biometría claramente se
consuma el fraude dando negativo en el contraanálisis.
Sé que es aún más nefasto que se merme la casta, la bravura
y se reste emoción del toro, pero una cosa no quita a la otra. Es de recordar
que para afeitar a un toro, primero hay que inmovilizarlo y ensogarlo, el toro
se opone con todas sus fuerzas y se le quebranta, el toro sufre de lo lindo,
forcejea, derrota, muge, suda, siente dolor, se le destroza física y psicológicamente
y se siente impotente, sólo hay que ver la expresión de su cara, los ojos
parece que se le salen de las órbitas. Mientras unas sucias manos humanas le
quitan aquello que la naturaleza le dio para poder defenderse, el toro sale de
la operación maltrecho, humillado, mutilado y dolorido... se ha consumado la
orgía.
Los aficionados no somos tan incautos para creer que todos
los toros deben salir astifinos y con las puntas buidas, de siempre han
existido toros cornicortos, romos y astigordos y lidiarlos tal cual lo parió su
madre es o debería ser lo correcto y que el peligro también lo tienen los toros
mogones y despitorrados, pero el quid como digo, está en que no se manipulen
los pitones fraudulentamente.
Desde hace años un buen número de toros de los que se lidian
en las plazas de España son sometidos a manipulaciones que quebrantan su fuerza
y modifican sus naturales defensas, empleándose para ello, incluso,
procedimientos de innegable crueldad. Está en juego el prestigio y porvenir de
la fiesta de los toros. Por ello y en atención a que las Autoridades
gubernativas no consiguen, con los resortes que pone en sus manos los
reglamentos protejan los derechos del público, la Utac insta a los aficionados,
a las peñas, asociaciones taurinas, clubes, etc. que si de verdad aman la
fiesta, que se atrevan a denunciar estos hechos, empezando por no dar coba a
ganaderos, tratantes, empresarios y toreros que manifiestamente sean cómplices
de semejante despropósito.
En el combate contra esta práctica malévola, tú también
puedes hacer algo ¡participa ya! ¡Difunde! ¡Informa!... ¡Actúa!, tu neutralidad
y tu silencio beneficia a los inductores, nunca a la víctima.
¡No debemos seguir mirando a otro lado! El reglamento es
claro en cuanto a la INTEGRIDAD, y por eso quiero pedir, a quién convenga que
se cambien los reglamentos taurinos de las diferentes Comunidades Autónomas,
para que obligatoriamente se analicen las astas de al menos dos toros por
corrida, en todas las plazas de 1ª, 2ª y 3ª categoría, petición que ya ha
realizado la Unión Taurina de Abonados de Málaga (UTAMA) y la de Castellón
(UTAC). Actualmente ante la sospecha de manipulación, es facultad del
presidente el remitir los pitones a análisis. También pedimos que se elimine
del actual reglamento, el sistema de relación antes señalado de 1/7 de
proporción mínima que tiene que tener el pitón respecto a la longitud total del
asta, por entender que no es fiable, ya que unas reses tienen más pitones que
otras y distinta longitud de cuerno.
La solución ya no solo estaría en adoptar medidas de
prevención, comprobación y castigo de los fraudes que acabo de comentar,
podrían añadirse todavía algunas otras cautelas adicionales que, sin ir al
corazón del problema, podrían contribuir indirectamente de un modo, quizás decisivo,
a su solución. Me estoy refiriendo a medidas complementarias de naturaleza
distinta a la sancionatoria o punitiva, por ejemplo la inhabilitación de
toreros, ganaderos y empresarios incompatibilizando ser contratados o
presentarse a concursos de plazas de toros.
Y por si fuera poco algo muy preocupante, que incide
directamente en este progresivo deterioro de lo taurino, son los medios de
comunicación que facilitan el camino de los trasgresores, sin respetar al que
paga, al BENDITO PÚBLICO que al fin y al cabo es quien mantiene la fiesta.
1 comentario :
Y si no las puñeteras fundas!!!!! Estamos siempre igual!!!!!! FUERA TAURINOS YA!!!!!!!!!
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