01 diciembre 2014

EL AFEITADO CONSENTIDO DE LOS TOROS (Jorge V. Sáez)

Como aficionado comprometido con la integridad de la fiesta y desde esta tribuna de la UTAC, me he animado a escribir estas líneas sobre un tema tan controvertido como es el afeitado de los toros y en los tiempos actuales del “cortesanismo barato”, escribir lo que uno piensa sin tapujos es casi un atrevimiento.

El afeitado, barbarie de los taurinos corruptos, es la práctica que consiste en recortar los pitones de los toros para hacerlos menos peligrosos reduciendo así, aunque sea mínimamente su riesgo a costa de perder éstos el sentido del tacto del pitón.

La estrategia de los afeitadores y sus partidarios consiste en hacer creer que el fraude es indemostrable. La administración no actúa porque no hay denuncias y no hay denuncias porque el aficionado no esta involucrado con la fiesta. Es por lo que desde la UTAC animamos a todos los aficionados ha denunciar con denuedo, con voz alta y clara esta denigrante práctica.

¿A quién beneficia el afeitado?. Exactamente no sabría responder a esta cuestión. Beneficia a varios, por una parte al torero por su menor riesgo teórico, además a más corridas más dinero. Por otra al ganadero, porque le ayuda a vender su mercancía. También al empresario porque le reduce costes a corto y largo plazo. Y por último al apoderado porque puede cobrar con más seguridad sus comisiones. Desde luego a quién no beneficia en absoluto es al público que paga, que es el primer perjudicado, pero… ¿no le interesa al empresario cuidar a su cliente?... y ¿a los toreros a sus seguidores…?.

Si a nadie beneficia como dicen los inductores, ¿por qué se hace?. Yo la verdad no lo sé y mientras tanto, la autoridad mantiene una actitud pasiva ante el fraude. Ahora que la Administración, parece “aunque por interés político” decidida a proteger la fiesta, es el momento para que se decida de una vez por todas a erradicar el fraude del afeitado, porque la fiesta corre peligro, sí ¡peligro de muerte...!

En palabras mismas de un ejecutor de esta operación, esto «está prohibido, pero todo el mundo lo hace».

Entre el rumor y la evidencia, cada temporada se cierra con una conclusión alarmante, muchos de los toros que saltan a los ruedos, no digo ya son sospechosos, porque nos hemos acostumbrado a utilizar esta frase hecha, si no que casi podemos afirmar que están afeitados. Aún admitiendo el margen de error de nuestro diagnostico, desde luego un indicio claro es que todos los toros salen prácticamente con los mismos pitones, cuando de siempre en la villa del señor, ha habido toros astifinos y astigordos. Los que como muchos de nosotros, llevamos desde pequeñitos viendo toros en los pueblos y plazas, estamos al tanto de lo que es un pitón íntegro de una res y por eso aseveramos nuestra afirmación, ¡se creen que somos gilipollas!, quieren hacernos creer lo que no es. Yo que soy profano en la materia, me cuesta creer que no exista un método de análisis eficaz y científico para demostrarlo.

Lo peor de todo es que contemplamos con absoluta frialdad como esta práctica campa a sus anchas y la autoridad mira hacia otro lado. Las premisas que el reglamento taurino vigente prevé para combatir el afeitado, es obvio que son insuficientes. Las técnicas para descubrir el afeitado se basan entre otras, en el examen externo del asta, que aunque proporciona estimables datos útiles para el diagnóstico necesita de otras pruebas que lo corroboren, entre ellas la biometría, que es el estudio de la relación de proporcionalidad entre la longitud total del asta y la de su parte maciza. Según R. Barga las longitudes medias de los cuernos de los toros van desde los 50 cm hasta los 24 cm y desde los 8,8 cm a los 6,4 cm de pitón respectivamente.

Según estudios estadísticos veterinarios esa relación entre la longitud media del cuerno y la del pitón, es aproximadamente de entre 1/5 y 1/7. El problema es que esta correlación puede variar según la individualización de cada res, en función de muchos factores como alimentación, climatología, edad, genética, encaste, sexo, patologías, hábitos, lesiones, etc. igual que todos nosotros no calzamos un 44 de pie, al toro le pasa lo mismo con los pitones. El reglamento no considerará fraude cuando la proporción asta-macizo sea de hasta 1/7 y así muchos toros evidentemente afeitados dan negativo. Y es por lo que cuestiono la validez de esa premisa, aunque los veterinarios expliquen que este análisis, se tiene que complementar con otras pruebas para catalogar a un toro como afeitado.


1) Toro íntegro con longitud media del cuerno de 45 cm. y 8,7 cm. de pitón, 45/7 = 6,42 cm. medida mínima legal que debe tener el pitón para no considerarse fraude, como tiene 8,7 cm. se puede cortar impunemente una parte.
Si acortan fraudulentamente el pitón 2 cm. la longitud total del cuerno ahora quedaría en 43 cm. y el pitón en 6,7 cm. al dividir 43/7 = 6,14 cm. como el toro ahora tiene 6,7 cm. está dentro del límite legal. Aún estando afeitado da negativo, por tanto se ha consumado el fraude.



2) Toro íntegro de Isaías y Tulio Vázquez


3) Toro íntegro cornicorto con longitud media del cuerno de 31 cm. y 7 cm. de pitón, 31/7 = 4,42 cm. medida mínima legal que debe tener el pitón para no considerarse fraude, como tiene 7 cm. le sobra y se puede cortar impunemente.
Si acortan fraudulentamente el pitón 3 cm. la longitud total del cuerno quedaría ahora en 28 cm. y el pitón en 4 cm. al dividir 28/7 = 4 cm como coincide. Esta dentro del límite legal. Aún estando afeitado da negativo, por tanto se ha consumado de nuevo el fraude.


4) ¿Toro en puntas o afeitado?


Como vemos con la prueba de la biometría claramente se consuma el fraude dando negativo en el contraanálisis.

Sé que es aún más nefasto que se merme la casta, la bravura y se reste emoción del toro, pero una cosa no quita a la otra. Es de recordar que para afeitar a un toro, primero hay que inmovilizarlo y ensogarlo, el toro se opone con todas sus fuerzas y se le quebranta, el toro sufre de lo lindo, forcejea, derrota, muge, suda, siente dolor, se le destroza física y psicológicamente y se siente impotente, sólo hay que ver la expresión de su cara, los ojos parece que se le salen de las órbitas. Mientras unas sucias manos humanas le quitan aquello que la naturaleza le dio para poder defenderse, el toro sale de la operación maltrecho, humillado, mutilado y dolorido... se ha consumado la orgía.

Los aficionados no somos tan incautos para creer que todos los toros deben salir astifinos y con las puntas buidas, de siempre han existido toros cornicortos, romos y astigordos y lidiarlos tal cual lo parió su madre es o debería ser lo correcto y que el peligro también lo tienen los toros mogones y despitorrados, pero el quid como digo, está en que no se manipulen los pitones fraudulentamente.

Desde hace años un buen número de toros de los que se lidian en las plazas de España son sometidos a manipulaciones que quebrantan su fuerza y modifican sus naturales defensas, empleándose para ello, incluso, procedimientos de innegable crueldad. Está en juego el prestigio y porvenir de la fiesta de los toros. Por ello y en atención a que las Autoridades gubernativas no consiguen, con los resortes que pone en sus manos los reglamentos protejan los derechos del público, la Utac insta a los aficionados, a las peñas, asociaciones taurinas, clubes, etc. que si de verdad aman la fiesta, que se atrevan a denunciar estos hechos, empezando por no dar coba a ganaderos, tratantes, empresarios y toreros que manifiestamente sean cómplices de semejante despropósito.

En el combate contra esta práctica malévola, tú también puedes hacer algo ¡participa ya! ¡Difunde! ¡Informa!... ¡Actúa!, tu neutralidad y tu silencio beneficia a los inductores, nunca a la víctima.

¡No debemos seguir mirando a otro lado! El reglamento es claro en cuanto a la INTEGRIDAD, y por eso quiero pedir, a quién convenga que se cambien los reglamentos taurinos de las diferentes Comunidades Autónomas, para que obligatoriamente se analicen las astas de al menos dos toros por corrida, en todas las plazas de 1ª, 2ª y 3ª categoría, petición que ya ha realizado la Unión Taurina de Abonados de Málaga (UTAMA) y la de Castellón (UTAC). Actualmente ante la sospecha de manipulación, es facultad del presidente el remitir los pitones a análisis. También pedimos que se elimine del actual reglamento, el sistema de relación antes señalado de 1/7 de proporción mínima que tiene que tener el pitón respecto a la longitud total del asta, por entender que no es fiable, ya que unas reses tienen más pitones que otras y distinta longitud de cuerno.

La solución ya no solo estaría en adoptar medidas de prevención, comprobación y castigo de los fraudes que acabo de comentar, podrían añadirse todavía algunas otras cautelas adicionales que, sin ir al corazón del problema, podrían contribuir indirectamente de un modo, quizás decisivo, a su solución. Me estoy refiriendo a medidas complementarias de naturaleza distinta a la sancionatoria o punitiva, por ejemplo la inhabilitación de toreros, ganaderos y empresarios incompatibilizando ser contratados o presentarse a concursos de plazas de toros.

Y por si fuera poco algo muy preocupante, que incide directamente en este progresivo deterioro de lo taurino, son los medios de comunicación que facilitan el camino de los trasgresores, sin respetar al que paga, al BENDITO PÚBLICO que al fin y al cabo es quien mantiene la fiesta.

1 comentario :

Anónimo dijo...

Y si no las puñeteras fundas!!!!! Estamos siempre igual!!!!!! FUERA TAURINOS YA!!!!!!!!!