Mi afición taurina me ha llevado a conocer muchas plazas,
lugares y gentes. Lo que no pensaba, es en que me convertiría en noctámbulo.
Cada domingo a las 23:25 hs., la señal de UNICABLE, vía CANAL+ TOROS, me
traslada al “embudo” de Insurgentes, ver su tamaño ya impresiona. Voy a señalar
las cosas curiosas y/o diferencias; desconociendo el Reglamento Taurino Mexicano,
de una Corrida de Toros en la Plaza México.
Para empezar el Juez de Plaza, así se denomina al
Presidente. Supongo que da orden de comienzo, no enfocan si saca el pañuelo. La
salida al ruedo del Alguacilillo, más que un simbólico despeje de plaza, es
cruzar el ruedo y recoger las llaves de Toriles, estamos acostumbrados que aquí
sea al terminar el Paseíllo. Después se dirige a la Puerta de Cuadrillas, para
recoger a la terna. Ahora justo en el
momento que los diestros dan el primer paso, si se oye la música y un OLÉ desgarrado y atronador del público. El desfile es muy normal, pero, con curiosidades.
Los caballos de picar solo tres llevan enfundada la protección, los areneros,
allí llamados monosabios con sus rastrillos, pero los dos últimos hasta con
carretillas. Una vez cumplimentada la Autoridad, cambiadas las telas, soltados
lo músculos y controlados los nervios, el público hace salir a saludar al tercio a los actuantes. Cosa poco habitual en
España.
Los toros que salen al ruedo tienen un peso entre 490 kgr. y
560 kgr., nada preocupante, si partimos de
la base de que el trapío no va unido al peso. Pero los hay de tan justo, dudoso
y poco decente trapío, que no solo lo protesta el público, al que no hacen
caso, también los comentaristas de la televisión y algún periodista de la
prensa en papel. Y de presentación, son corridas muy desiguales y poco parejas.
Como curiosidad, señalar que los toros no tienen nombre hasta el día de la
corrida, que se lo pone el ganadero según su inspiración y está reflejado en la
tablilla del peso y número.
En el tercio de varas es muy difícil calibrar y evaluar
el comportamiento del toro, ya que se le deja a muy poca distancia del caballo
y muchos se quedan con un solo puyazo. Poco más se puede señalar del tercio de
varas, a excepción del tamaño de los caballos, a mí me parecen excesivamente
gordos, pesados, grandes…
El tercio de banderillas, si lo realiza la cuadrilla, es
puro trámite. Muy similar al nuestro.
En el último tercio, el
comportamiento de los toros es muy lento, por falta de fuerza, de bravura,
encaste,… Si alguno se deja sacar dos o tres pases ligados, el público lo
agradece con unos fuertes y sentidos OLES. No es pues de extrañar que el
público y algún Juez de Plaza, sean de pañuelo fácil.
A las peñas, se les llama porras, he creído
entender. La vuelta al ruedo se da en sentido contrario al de España.
Otra curiosidad, a Diego Urdiales, primero en el cartel
le confirmó la alternativa Fermín Rivera, segundo de cartel. Aquí estamos
acostumbrados a que el primero de cartel confirme al tercero.
Nada más, solo que la corrida de José Tomas, no la
veremos. Pero las de Julián López “El Juli", tampoco.
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