22 abril 2015

ENCERRONA DE PALHA Y SÁNCHEZ VARA (J. Silvestre)

Guadalajara, 18 de abril de 2015. Un tercio. Cuatro toros de Palha, desigualmente presentados, destacando en varas primero y sexto, sin la fiereza y dureza a la que nos tienen acostumbrados y buenos para la muleta, primero, segundo y sexto. Dos toros de Cantinuevo desigualmente presentados, cumplidor en varas el quinto pero mansos y sin transmisión. Javier Sánchez Vara, oreja, oreja, oreja, saludos, oreja y dos orejas.

Se anunciaba una encerrona del alcarreño Javier Sánchez Vara con 6 toros portugueses de Palha con motivo de su XV aniversario de alternativa. A la vez, se anunciaba que se iban a lucir los toros en el caballo, pintando las rayas como si de una concurso se tratara. Con estas premisas decidimos hacer 400 kilómetros de viaje para encontrarnos con dos remiendos, quedándose los de mayor trapío del hierro acartelado en corrales y sin ver el cuidado tercio de varas. ¿Por qué? No lo sé. Demasiadas tropelías detrás de una corrida, pero esta vez no fue culpa ni de empresarios, ganaderos ni matadores. Dejémoslo ahí.

Vayan todos mis respetos hacia el matador anunciándose frente a seis toros del hierro portugués de D. Joao Folque y finalizar la tarde sin mostrarse castigado por el esfuerzo físico. Su balance en cuanto a apéndices fue exitoso, gracias al paisanaje del público, un total de 6 orejas y saludo en el tercio. En cuanto a las faenas muy iguales, un toreo al hilo o fuera de cacho y despegado, pares de banderillas en su mayoría sin asomarse al balcón y séis estocadas, ninguna como mandan los cánones.

Vayamos toro a toro.

Palha nº 319, 504 kilos, negro, nacido en noviembre de 2010. Salida sin fijeza. Tuvo que ir el matador más allá del tercio a recibir embestidas bruscas y con violencia. Entró tres veces a caballo, la segunda desde los medios acudiendo bravo y llevándose el caballo hasta las tablas. En banderillas el de Joao Folque se vino arriba galopando veloz a por el alcarreño que se las vio en apuros en el primer par y tuvo que pasar en falso dos veces para clavar al violín un segundo par, en el cual el Palha remató arriba tras el matador. En  la muleta le logra sacar dos tandas aceptables. Finiquita la faena con un pinchazo y estocada. Palmas en el arrastre a un buen toro, exigente. Oreja excesiva.





Palha nº 273, 490 kilos, castaño claro, nacido en agosto de 2010. Sale con chispa rematando en burladeros. Sánchez Vara recibe con una larga cambiada y con verónicas sin vaciar, mejor la media. A caballo por chicuelinas. Solo recibe una vara sin empujar y protestando. En banderillas sigue al matador y remata arriba en tablas. Javier inicia la faena de rodillas, para levantarse y terminar un inicio muy torero con trincheras. Una segunda tanda más ajustada y el resto muy periférico. Estocada caída y 4 puntillazos. Toro para desorejar, boyante y noble. Una oreja y palmas en el arrastre.



Palha nº 361, 568 kilos, castaño, nacido en marzo de 2011. Salida rematando en burladeros. Soso en la primera vara y no se arranca desde los medios en la segunda. Brinda el matador a El Chano y Mariano Mariano. El toro no trasmite mucho y Javier intenta aplicarle la misma faena que a los otros. Se equivoca y el Palha va cogiendo sentido, sabe lo que se deja. Toro para lidiar, someterlo, obligarlo y matar. Estocada ligeramente tendida, 6 puntillas de Raul Ramírez y silencio en el arrastre. Oreja generosa.


Cantinuevo nº 102, 546 kilos, castaño claro, nacido en marzo de 2010. Salida sosa del astado de mayor cuajo. Mala lidia de principio a fin, parece una capea. En la primera vara derriba la montura de Anderson Murillo. Sánchez Vara decide no banderillear y la cuadrilla pasa con miedo y a regañadientes. Toro boyante, noble, soso. No cala la faena. Estocada caída, perpendicular y tres descabellos. Silencio en el arrastre. Saluda en el tercio.




Cantinuevo nº 91, 512 kilos, mayo de 2010. Salida con brío, remata en burladeros. Toro feo, basto alto. Es recibido por el matador con una larga cambiada. Pasa de puntillas en la suerte de varas. Faena aburrida por la envestida desclasada de la res. Estocada y puntilla. Silencio en el arrastre y oreja generosa.


Palha nº390, 491 kilos, negro, nacido en septiembre de 2010. Gesto torero. Con la puerta grande asegurada, Sánchez Vara se va a porta gayola a recibir, sigue con chicuelinas y remata con media y revolera. El Palha galopa con brío y pinta bueno. De nuevo mala lidia, lo dejan ir al caballo sin prepararlo. Empuja llevando la cabalgadura a tablas. Nos privan se ver la suerte de varas con un buen toro. Salta con garrocha Raul Ramírez seguido del primer par del matador, le quita Ramírez y el Palha responde acompañando a éste a tablas. Un capote desde el callejón salva al argandeño. Nueva llegada a tablas por parte de la res tras el segundo par de banderillas. En el tercero, Javier quiebra sentado en la silla. Ovación de los paisanos. Pinta bueno el bravo de Joao. Mal inicio de faena sentado en el estribo estrellando la res hasta tres veces en tablas. Faena como las otras, aseada. El toro planta cara, tiene fijeza. Había que hacerle las cosas mejor. Muy buen toro, muy por encima del coleta. 2 orejas y palmas en el arrastre.







Ahora mismo me pregunto: ¿cómo es posible que cuando torean las figuras se aprueben toros con las defensas más que sospechosas y en la corrida de Guadalajara se rechazaran ejemplares de trapío con alguna astilla en un pitón? ¿Porqué se pintaron las rayas a modo concurso faltando pocos minutos para romper el paseíllo y al momento se borraron las rayas que delimitan el espacio del picador en la contraquerencia?.

@silviljos

10 abril 2015

LOS TOROS EN VALENCIA, AL AMPARO DE LA LEY DE PATRIMONIO... 13 AÑOS DESPUÉS (A. Mechó)

Hoy, 10 de abril de 2015, los festejos taurinos tradicionales de la Comunidad Valenciana ya son Bien de Interés Cultural Inmaterial. Por ley. De hecho, la norma que fue publicada en el Diario Oficial ayer, los reconoce junto a otras tradiciones como "señas de identidad del pueblo valenciano".

Gran noticia. Ahora habrá que ver que significa todo esto. Eso sí, llega un poco tarde. Por mucho que quieran aderezarlo esto debería haber sido noticia mucho antes. Supongo que no querrán ahora desde la Generalitat que les recordemos los años de hierro, como los del Sr. Ibáñez.

Lo que no pueden evitar es que, al socaire de la medalla que muchos querrán colocarse desde la Administración, autoproclamándose salvadores de los toros, recordemos aquí ahora un artículo que publicó el que suscribe allá por 2002. Ahí están las hemerotecas. Una prueba más, de que han hecho lo que han querido, como han querido y, sobre todo, cuando han querido. Se titulaba:

LOS TOROS AL AMPARO DE LA LEY DE PATRIMONIO (Revista Bous al Carrer, febrero 2002)

Todas las discusiones que se están planteando actualmente en torno a la próxima aprobación de un revisado y único Reglamento de Festejos Populares Taurinos en la Comunidad Valenciana, tuvieron su pulso y reflejo en la tertulia que tuvo lugar en Quartell el 22 de diciembre pasado, donde Alberto de Jesús, Jorge Casals y espontáneos aficionados, fueron los portavoces del pueblo frente a los altos cargos competentes directa o indirectamente en materia taurina (Interior, Administración Territorial, Diputación y Ayuntamientos). Recordaremos ahora este momento porque sin duda fue el propicio para que el escalafón gubernativo se expusiera frente al propio aficionado, y que éste, pudiera conocer, de primera mano, el estado de la cuestión y el futuro del -me atrevo ya a decir- casi indeleble nuevo reglamento. No cabe duda, que cualquiera de los ponentes, supieron dejar claras sus posturas haciendo alarde de esa retórica aplastante -como si de un filósofo clásico griego se tratara- que son capaces de desarrollar en actos oficiosos como el que allí presenciamos; pero, por otro lado, no es menos cierto también, que en este tipo de situaciones siempre podemos extraer moderadas conclusiones entresacadas de gestos, palabras y gazapos de cada uno de los que por allí discurren.

Posiblemente, de todos los invitados que intervinieron, vale la pena resaltar las palabras del profesor Miguel Ángel Guillén, coautor del libro Las fiestas populares y el Derecho. Este segorbino, asentó dos puntos y una meta a los que debe aspirar el festejo popular taurino: conseguir la auténtica seguridad de todo el que acude al festejo, conseguir la total protección e integridad de las reses, y a partir de aquí, base de cualquier avance, poder buscar apoyo administrativo de cualquier índole, sean ayudas, subvenciones, fomento o similares. La verdad, es que esta meta, el punto al que yo quería llegar aquí, es lo que anhela todo aficionado al festejo taurino popular: reconocimiento institucional y apoyo gubernativo. Se han abierto últimamente muchos frentes en busca de ese apoyo, de ese beneplácito, de ese fomento; la etiqueta de Interés Turístico está siendo la más ambicionada por muchos, la que todos esperan colgarse, el espaldarazo a su festejo. Lo que yo planteo a continuación es si esta es la mejor vía, o mejor aún, si hay ya otra abierta que no hemos sabido aprovechar.

El artículo quince de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano es el que estipula el contenido del Inventario Patrimonial, el patrimonio que debe ser incluido en él, al cual, se accede tras una serie de trámites iniciados bien por oficio o a instancia de cualquier persona, y que da derecho, una vez reconocido, a toda una serie de medidas de protección, fomento y difusión. En concreto, en el apartado donde se incluyen los bienes inmateriales del patrimonio etnológico, se especifica que estos constituyen todos «los conocimientos, técnicas, usos y actividades de la cultura tradicional», procediéndose, consecuentemente tras su inclusión, a ordenar en artículos posteriores «el estudio y la documentación con criterios científicos de la actividad o conocimiento de que se trate, incorporando los testimonios disponibles de los mismos a soportes materiales que garanticen su pervivencia». No solo eso, sino que además, entre otras cosas, debe difundirse ese conocimiento y actividad, lo que obliga a que se incluya en planes de estudios escolares. ¿Quién no querría que el fenómeno popular taurino, como bien inmaterial que es, estuviera reconocido en este Inventario?.

Muchos creerán, que lo complicado sería buscar la argumentación necesaria para que el festejo pudiera entrar en jurisdicción patrimonial, pues bien, recordemos primero que dicha ley no puede ir en perjuicio de la de Patrimonio Estatal, pero tampoco en perjuicio de ninguna otra ley. Por lo tanto, si la Ley Taurina de 1991, tanto en la "Exposición de motivos" como el artículo 4.1, afirma que este festejo es «tradición y vigencia cultural», el silogismo está más que claro según lo que hemos apuntado arriba extraído del artículo de bienes inmateriales etnológicos. El festejo popular taurino, por la definición que la Ley Taurina vigente le otorga y según lo dispuesto en la de Patrimonio territorial, tendría que estar ya, de oficio, directamente incluido dentro del apartado quinto (Bienes Inmateriales) del Inventario General de Patrimonio Cultural Valenciano, favoreciéndose, de todas las medidas a las que tiene derecho por ello.

03 abril 2015

EL 3, NÚMERO MÁGICO DE LA TAUROMAQUIA (Vicente Isach)

Normalmente tres son los toreros que forman los carteles, la cuadrilla que acompaña al matador la forman tres subalternos, tres pares de toros son los que se lidian, tres son los pares de banderillas, tres son las veces que debería entrar el toro a los caballos….y así un largo etc. hasta llegar a los que en teoría deben poner orden en el coso, Presidente, Veterinario y Asesor artístico.

Pensando un poco, no podía hablar de este número mágico sin relacionarlo con los tres tipos de paganos que normalmente acuden a la Plaza de toros.

Nombrarlos de una manera aleatoria, sin quitar ni poner méritos a ninguno de los grupos, es difícil, ya que a lo largo de una vida acudiendo a ver espectáculos taurinos “un pagano” pasa inexorablemente de un grupo a otro y todos merecen el mismo respeto.

Para empezar por donde  se inician todos los paganos, hay que hablar de los Espectadores.

¿Qué se entiende por espectador? Podríamos definirlo como aquel pagano que suele acudir a las Plazas de toros por casualidad, porque tiene un amigo que le invita a un festejo, porque le han hablado de lo que ocurre en la Plaza de toros y la curiosidad lo lleva a pasar por taquilla, otro porque son las fiestas de su ciudad y casi es obligatorio ir a los toros, otro porque torea un personaje famoso de las revistas del corazón y otros, los menos hoy en día, porque el abuelo, el padre o el tío que son asiduos a las Plazas les llevan, y durante la lidia les van explicando todo lo que es éste fantástico espectáculo.

 A partir de aquí, el espectador empieza a interesarse por aprender la terminología taurina. Le gusta saber que es el trapío en los toros, las diferentes formas que tienen las astas y como se les denomina, el color de las pieles “capas”, si son negros, negros bragados, coloraos, boci blancos, ojos de perdiz, y un sinfín de denominaciones, las formas de correr, si galopan, si trotean o van al paso etc. etc..

En cuanto a los toreros, empieza por saber que según su experiencia y edad son becerristas, novilleros y en cuanto estos toman la alternativa de manos del Padrino y el Testigo pasan a ser Matadores.  Que los ayudantes que estos llevan se llaman cuadrilla, formada por tres peones y dos picadores. Que los peones ejercen la función de lidiar y banderillear al toro y los picadores se encargan de la función de atemperar al toro y ahormarlo para que el Matador pueda torearlo.

Aprende a saber que es lidiar un toro, y que en el primer tercio  al toro se le dan pases con el primer trapo que cogen los toreros, llamado “capote” y los lances o pases que se le dan al toro: verónicas, medias verónicas, chicuelinas, y un sinfín de pases.

De aquí se pasa al tercio de varas, donde los picadores montados sobre caballos cubiertos por petos (que defienden al caballo de las posibles cornadas de los toros cuando entran al caballo) y la vara con una punta de acero la coloca sobre el lomo del toro para calmarlo y ahormarlo. Según la categoría de la Plaza el toro entra al caballo hasta tres veces y entre vara y vara los matadores pueden darle lances al toro, es lo que se denominan “quites”.

De aquí se pasa al tercio de banderillas, cada banderillero “que así se llaman los peones que realizan la tarea de banderillear al toro” coloca un par y en el mismo toro otro le coloca dos pares, mientras el tercer peón capea al toro para ir poniéndolo en suerte para poderle banderillear.

A partir de aquí, entra lo que podríamos decir la suerte suprema, el Matador sea Becerrista, Novillero o Matador (llamado también Maestro) se queda solo frente al toro. Para empezar su faena pidiendo permiso al Presidente para iniciar la tarea de torear, también una vez obtenido el permiso puede brindar la faena al público, a alguna persona o simplemente pasa a darle lances al toro. El trapo que usa se llama “muleta” que se mantiene horizontal gracias a un palo llamado “estaquillador” que es donde sujeta con la mano la muleta, si es la derecha los pases se llaman derechazos y si la sujeta con la izquierda naturales. Se puede ayudar con la espada para darle más amplitud a la muleta. Los nombres de los pases son múltiples poco a poco los irá aprendiendo. Finalizando la faena con la suerte suprema que acaba con el toro. Si ha sido del agrado del público y con el beneplácito del Presidente se suele premiar su labor con las orejas y hasta el rabo del toro que pasea por el ruedo de la plaza.

Para el espectador todo lo que ocurre en la Plaza le resulta bonito, el ambiente que rodea a la Plaza antes de iniciarse el festejo, el sonido de los clarines que a la orden del Presidente suenan para que los alguacilillos salgan al ruedo y siguiendo el ritual desalojen al personal que hay en la arena y recojan la llave que entregan al “chulo de toriles” para así poder abrir la puerta de chiqueros. Y que decir, cuando los actuantes pisan el albero y se inicia el paseíllo al son del pasodoble torero que interpreta la banda de música. Sale al ruedo el primer toro y aquí y en este momento se inicia para él un mundo desconocido, pasa miedo, sufre por el toro, se le encoje el cuerpo cuando el torero le da pases a un animal con cuernos que de cogerlo puede acabar con su vida. De gustarle todo este cumulo de sensaciones, el espectador curioso desea saber más del mundo del toro.

Si la curiosidad le lleva a leer algún libro de tauromaquia, “El Cossío”, o el tratado sobre el toreo de Pepe Illo, o cualquier libro, revista, video, de los múltiples que existen en el mercado, este pagano, pasa de ser espectador a AFICIONADO.

Por Aficionado se entiende aquel que pasando por taquilla, empieza a ver la fiesta con criterio y este criterio le lleva a ser más selectivo y exigente.

Para empezar, cuando le hablan de toros le gusta saber su procedencia, de que ganadería se trata, los orígenes de esa ganadería, de que encastes proceden, la situación geográfica de la ganadería, los hierros que la componen, la morfología de los toros, su trapío, si galopan o trotan, su bravura, su genio, si humillan, las capas predominantes y un largo etcétera.

Acude asiduamente a ver toros en la Plaza, otras (las menos) en televisión, le gusta leer las criticas taurinas que se emiten en revistas especializadas, por radio y la prensa. También acude a las tertulias taurinas, si puede visitar alguna ganadería de bravo no lo duda y le encantan las tientas de eralas que en alguna de ellas le ofrecen.

En cuanto a los animales, empieza a distinguir según su edad, si son añojos, erales, utreros o cuatreños.

Le interesa conocer las reglas por las que se rigen los festejos taurinos y se preocupa por conocer y saber el Reglamento Taurino, en donde se describe entre otras muchas cosas las edades y pesos que deben tener los toros según el festejo a los que se destinan, novilladas sin picadores, con picadores o corridas de toros.

Entre la asistencia a las Plazas, lo que ha leído y oído, ya tiene su criterio, y ya no le gusta todo lo que ve y le ofrecen los carteles, empresas, ganaderías y toreros. No le gusta ver que los toros pierdan las manos y se caigan, no le gusta que las astas estén retocadas (afeitadas), no le gusta que los toros estén faltos de bravura, casta, movilidad etc., no le gustan los toros pastueños, bobalicones, de carretón.
Para el aficionado SI NO HAY TORO, NO HAY NADA.

Ya sabe lo que es lidiar al toro y si la lidia que se le da al toro es la correcta o está hecha para destrozar al toro, cuando el torero le da los primeros lances al toro ya sabe distinguir si son capotazos o tienen arte y están bien ejecutados, si echan la “pata pa lante” o la esconden, y con todo empieza a seleccionar a los toreros según su gusto y criterio.

En cuanto al tercio de varas, le gusta que el toro se arranque de largo, que la puya caiga en el lugar idóneo para ahormar al toro, le gusta ver que el toro mete los riñones cuando empuja al caballo, le gusta que no se masacre al toro, que los puyazos sean los justos en cuanto a las veces que entra al caballo, al tiempo y castigo, le gusta  que no cabecee y salga airoso del caballo. No le gusta que le hagan la carioca y se le dé un castigo  largo e innecesario.

Le gusta que entre puyazo y puyazo los matadores hagan el ”quite” y le den unos lances que prueban que el toro está en las condiciones idóneas para continuar la lidia.

En cuanto al tercio de banderillas, le gusta sea breve, que se eviten capotazos innecesarios y que los banderilleros cumplan con su función de la manera más torera que sepan o puedan. Le gusta que se asomen al balcón y el toro se pare después de recibir el par de banderillas.

Y ya en el último tercio, para empezar le gusta que el TORERO, ande por el ruedo con pasos toreros, ha leído que Juan Belmonte  a sus alumnos no les dejaba tocar el capote hasta que no sabían andar con el garbo y gesto torero, sabe y comparte del miedo que tiene y valora que un hombre (torero) se ponga delante de un toro jugándose la vida, para el cualquiera que se ponga delante de un toro le merece todos los respetos.
En cuanto a la faena, valora la entrega,  el conocimiento que el torero tiene del astado que tiene enfrente, que sabe de los terrenos en que puede darle los muletazos, si baja la mano para que sean más profundos, si con su técnica y arte es capaz de transmitirle esa emoción que le ponen los pelos como erizos. PERO SOBRE TODO VALORA, QUE TODO LO QUE HACE, SE LO HACE, A UN TORO, TORO.

El Aficionado es el gran ignorado por las empresas, ganaderos, toreros y autoridades, se aprovechan de su afición para asegurarse unas entradas que tienen seguras vendidas y con excusas y otras tretas le tienen encandilado, hasta que se cansa y solo va a los festejos que le dan cierta garantía de que va a ver aquello que el espera ocurra en el ruedo. Por desgracia para el mundo del toro cada día quedan menos aficionados y eso a la larga pasara factura a la tauromaquia.

Y por último, el pagano llamado Entendido. En cierta ocasión tenía alguna duda sobre algún matiz que se me había escapado en una charla taurina y al acabar me acerque al conferenciante para que me los aclarara y empecé así: Usted que entiende de toros me podría aclarar……., el conferenciante antes de contestar me corto diciéndome “de toros no entienden ni las vacas”, luego el hombre muy correctamente me aclaró las dudas que yo tenía.

El Entendido es aquel que aparte de ser espectador y aficionado, ha pasado por el mundo del toro como ganadero, subalterno, novillero o matador y ha visto mil corridas ha visitado ganaderías y conoce todos los intríngulis que rodean el mundo del toro.

Sabe de toros más que las vacas, vida y milagros de toreros, apoderados, plazas, presidentes y acude a los festejos sin ningún prejuicio ni predisposición. Contempla las corridas con ojos distintos a los que ocupan los asientos de las gradas. Salen los toreros y solo verlos se dan cuenta del estado de ánimo que vienen esa tarde a la Plaza, sabe de su estado de ánimo y de ello deduce más o menos su predisposición. De los toros cuando salen al ruedo observan si salen hacia la derecha o la izquierda, si son prontos, si barbean, si son mirones, si cuando embisten antes mueven una oreja o la otra, es decir, ven otra corrida y esa observación de todos los detalles hace de ellos ser más condescendientes con lo que ocurre en la Plaza que el resto de paganos, son los menos y son discretos y eso les hace pasar casi desapercibidos. LOS ENTENDIDOS NO LLENAN LAS PLAZAS.


Para terminar, si los responsables del mundo del toro pretenden mantener esta fiesta, llenando las gradas de las plazas con espectadores olvidándose de los aficionados, la fiesta taurina tiene fecha de caducidad. Y nos vamos a Francia, porque allí los paganos aficionados encontramos aficiones afines a nuestros gustos y  empresarios que están dispuestos a ofrecer lo que les piden, exigen y están dispuestos a pagar los aficionados.